viernes, 15 de abril de 2011

Dos cuartos del dia





Se imponía ante los demás con la sutileza de siempre. En sus ojos se mostraba la confianza interior presente en él. Caminó unos cuantos pasos por la sucia vereda que no acostumbraba a ver, pero nuevamente estaba allí. Se detuvo bajo la sombra proyectada por un sauce y entonces tocó las cuerdas de su guitarra hasta que sus dedos no se pudieran desgastar más. Y cuando la sombra cubrió todo el mundo, él regreso por el bosque, su camino común, hacia su hogar entre ríos y rocas.

1 comentario: